el Chevalier d'Eon, 1792, retrato de Thomas Stewart |
Nacido en octubre de 1728 como Charles d'Eon de Beaumont, fue un diplomático, espía y soldado francés que lucho en la guerra de los siete años. Cruzo el canal de la Mancha y llego por primera vez a Londres como parte de la embajada de Francia en 1762, ayudando a negociar la paz de parís, poniendo fin a la guerra de los siete años. A pesar de haber sido galardonado con la Croix de St.Louis, d'Eon no regreso a Francia cuando fue retirado de los negocios diplomáticos. Por el contrario desato un escándalo al publicar correspondencia secreta que revelo la corrupción ministerial francesa.
Sin embargo, el Chevalier se vio envuelto en otro escándalo,
como relata el historiador Guy Beaton, d'Eon se vistió de mujer para seguir un romance
con la reina de Inglaterra: “el caballero pasaba muchas horas en compañía de la
reina Carlota, de la que era su amante. Pero una noche de 1771, cuando él se
hallaba en los aposentos de la soberana, el rey Jorge III, entro de sorpresa”.
El Chevalier antes de su transformación |
Para salvar la situación, Cockrell, asistente de la reina, dijo al rey que d'Eon era en realidad una mujer, recordando cuando, en su época como espía en Rusia, trabajo como “lectora” de la emperatriz Isabel. Jorge III, profundamente enojado, escribió una carta al rey de Francia para informarle del fraude. Madame Du Barry, favorita de Luis XV convenció al rey de la conveniencia de mentirle a Jorge III, no solo para salvar la honra de la reina, sino también las relaciones diplomáticas entre Francia e Inglaterra.
Luis respondió en su real primo afirmando tajantemente y “probando”
que el Chevalier d'Eon pertenecía al bello sexo. Esto tranquilizo de momento al
Hannover, pero no impidió que continuaran las cábalas por cuenta del personaje,
quien vivió holgadamente en Londres cambiando continuamente de atuendos y
adoptando ora los masculinos, ora los femeninos.
Una identidad tanto masculina como femenina |
Los ruegos del caballero no fueron escuchados. La muerte de Luis
XV alivio al caballero del peso de tener que cumplir la condena, pero sabiendo
que el rey de Inglaterra hacia sufrir un verdadero infierno a su esposa, acepto finalmente vestirse como una
mujer a cambio de una pensión vitalicia. “si me decido adoptar las ropas femeninas,
quiero pasar desapercibido realmente por la gente ignorante –dijo el caballero-
vestiré un vestido de luto y no de fiesta. Estoy dispuesto a someterme a la
desgracia, pero no al ridículo”.
Chevalier d’Éon y Mademoiselle Beaumont |
Cuando Luis XVI vino a conocimiento de la diplomacia
paralela que llevaba su abuelo y de las andanzas del Chevalier, las desaprobó y
ordeno liquidar todo el asunto. Pero el Chevalier estaba en posesión de
importante documentación de estado y el nuevo monarca entro en negociaciones,
para lo cual envió a Londres a Beaumarchais para recuperare todos los documentos,
cartas, planos y libelos en poder del
caballero.
Le Chevalier d'Éon, cuadro Atribuido a Angelika Kauffmann |
Durante los planes para su llegada, María Antonieta lo distinguió como el objeto de su atención, ordenando a Rose Bertin que hiciera al Chevalier un costoso ajuar de ropa de mujer y le envió un elegante abanico con la recomendación de que lo usara en lugar de la espada del caballero. La reina ordeno también que le dieran a d'Eon un curso intensivo de comportamiento femenino antes de su aparición en la corte, la siempre respetable Madame Campan consideraba al Chevalier “la peor compañía imaginable”.
Impresión de retrato del Chevalier d'Eon (aquí llamado Chevalière d'Eon) de John Condé. Publicado en la Revista Europea, 1791 (detalle) |
A los ojos de la reina, sin embargo, d'Eon parecía absolutamente
encantador. Habiéndose rehusado a obedecer algunas de las estrictas demandas de
genero de su posición, ella respondió cálidamente a esta persona que, caminando
con la arrogancia de un hombre, sin embargo vestía de mujer frente a toda la
corte, la reina elogio efusivamente el “nuevo uniforme” de d'Eon y con burlona solemnidad lo declaró “Chevalier
comandante de mi regimiento de faldas blancas”, ayudándolo así a mantener la
transexual desnaturalizada que era un
emblema perfecto para la inversión de genero sugerida por la ingeniosa frase de
María Antonieta: con su supuesto ejercito de mujeres, cuyas “faldas blancas”
declararon fidelidad al estilo radical de Trianon.
Un año después, circularon rumores de que ella estaba presionando
a Luis XVI para que nombrara a d'Eon como ministro de asuntos exteriores. Aunque
estos rumores eran evidentemente falsos: d'Eon se había retirado
silenciosamente a una casa de campo para evitar los “chistes y chismes” que inspiraba
su identidad sexual indeterminada. Su proliferación había aumentado el temor de
que los monstruosos gustos “alemanes” de la reina fueran ahora dando forma a la
política monárquica en su nivel más alto.
Alexandre-Auguste Robineau, El duelo de esgrima entre el Chevalier de Saint-George y el Chevalier d'Eon c. 1787-9, Colección Real, Londres |
"Mademoiselle d'Eon... aunque cargada, como ella misma lo declaró con humor, con tres enaguas, que se adaptaban mucho mejor a su sexo que a su espíritu, no solo esquivó hábilmente todos los ataques de su poderoso antagonista, sino que incluso lo tocó con lo que se denomina un coup de tems… Nada podría igualar la rapidez de la réplica, especialmente considerando que la moderna Palas está a punto de cumplir 60 años"
El Príncipe de Gales quedó tan impresionado que mandó hacer esta pintura del partido de esgrima, que ahora está en la Colección Real y, por supuesto, se hizo una impresión para aquellos que no habían tenido la suerte de estar allí.
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