domingo, 24 de septiembre de 2023

EL REY LUIS XVI SE SOMETE A LA INOCULACION CONTRA LA VIRUELA (18 JUNIO 1774)

KING LOUIS XVI SUBJECTS TO INOCULATION AGAINST SMALLPOX (JUNE 18, 1774)

Después de la muerte de Luis XV, se decidió que el rey y varios otros miembros de la familia real se alejaran de Versalles para evitar el contagio de la viruela. Según el embajador británico, Lord Stormont, el rey “dio ordenes de que nadie le iba asistir sino había tenido la viruela, para evitar contagios. Ha tenido la humanidad de extender esta orden a sus servidores más bajos”

La inoculación o variolización consistía en escarificar la piel hasta el sangrado, con una aguja impregnada con la supuración de vesículas de un enfermo de viruela. Se obtenía así una forma poco virulenta de la infección que confería inmunidad de por vida. Sin embargo, no estaba exenta de riesgos: entere 1 y 2% de los inoculados enfermaba y Moria. Después de la muerte de Luis XV, también enfermaron sus dos hijas (tías de Luis XVI), que lo habían cuidado.

KING LOUIS XVI SUBJECTS TO INOCULATION AGAINST SMALLPOX (JUNE 18, 1774)
El procedimiento consistía en pinchar las venas de la persona sana con agujas de plata muy finas, que previamente habían sido sumergidas en el pus de una costra variólica en el décimo día de su evolución.
María Antonieta había sido inoculada en Austria, y convenció a su esposo y a sus dos cuñados de inocularse para protegerse del contagio. El 17 de junio, Luis se trasladó a Marly. Al día siguiente, “la inoculación se hizo sin mucha preparación… pasamos las agujas por las pústulas de un niño, cuyo temperamento y el de su padre y su madre habían sido cuidadosamente estudiados, y estas agujas pasaron al brazo del rey”.

Provenza y Artois sufrieron el mismo tratamiento. Entonces la inoculación parecía ser un proceso revolucionario. El riesgo que parecía implicar causo una gran preocupación en la familia real y en la nación en conjunto. “toda Francia estaba, por lo tanto, en suspenso y con miedo” -señala el duque de Cröy. La reina por ser quien tomo la iniciativa fue muy criticada, ya que el rey y dos posibles sucesores al trono habían corrido un riesgo simultaneo.



El rey permaneció perfectamente tranquilo y no mostro la menor preocupación por las consecuencias de la operación. Continúo trabajando a pesar de la fiebre y las enfermedades. El 30 de junio, los tres hermanos estaban perfectamente recuperados. Voltaire saludo a su manera a estos cruzados de la viruela: “la historia no omitirá que el rey, el conde de Provenza y Artois, los tres en su gran juventud, enseñaron a los franceses, al ser vacunados, que uno debe enfrentar el peligro para evitar la muerte. La nación fue tocada y educada”.

María Antonieta le escribió a su madre, 27 de junio de 1774: “… el rey, mis hermanos y la condesa de Artois se inocularon el sábado, y desde entonces han dado pases por lo menos dos o tres veces al día. El rey tuvo una fiebre bastante alta durante tres días, el día anterior se inició la erupción y la fiebre se redujo de manera que ha desaparecido poco a poco. Él no va a tener muchas pústulas, pero tiene algunas muy notables en la nariz, las muñecas, y en el pecho, que están empezando a ponerse en blanco. Los médicos han hecho cuatro pequeñas incisiones, estas pequeñas aberturas están supurando correctamente, lo que mostró que la inoculación fue un éxito completo”.

En el libro "Marie Antoinette, la mal-aimée" de Hortense Dufour se puede leer: “Tras la vacunación de los príncipes, nace el "pouf de inoculation", consistente en un sol naciente (el rey) que ilumina un olivo sobre el que se enrosca una serpiente, amenazada por una maza perdida entre las flores, arquitectura que simboliza el triunfo de la ciencia de la enfermedad. Las cintas están moteadas para evocar pústulas de viruela”.


Extrato del documental "La Guerre des trônes, la véritable histoire de l'Europe"

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