domingo, 26 de mayo de 2019

LA BONDAD DE MADAME LA DAUPHINE

Madame la Dauphine, que había llegado, bajó de su carruaje, corrió hacia esta mujer, le hizo respirar un olor con el que regresó de su desmayo. La archiduquesa le dio todo el dinero que tenía sobre ella, pero lo que era mucho más admirable fueron las palabras de consuelo y bondad que  tenía contra esta pobre criatura. Finalmente, la archiduquesa, tocada, movida, derramó lágrimas, y en ese momento hizo que se derramaran más de cien espectadores, quienes la rodearon y permanecieron en una inmovilidad causada por el ataque y la admiración de una escena. Único y también conmovedor. - conde Mercy.
“María Antonieta estableció aún más su reputación publica de dulzura y misericordia al detener su coche durante más de una hora para ayudar a un postillón herido. Ella no iba a continuar hasta no ver la presencia de un cirujano. Luego insistió en una camilla para el herido, en lugar de una silla de posta incomoda, y entonces siguió su curso. Este comportamiento fue muy aclamado, el conde Mercy informo a Viena. Otro celebre incidente confirmo la imagen, cuando un campesino viticultor fue corneado por un ciervo en el trascurso de la cacería real, la delfina transporto al desafortunado hombre en su propio carruaje. Amplia publicidad se le dio a la escena, que se conmemoro en grabados, tapices e incluso los aficionados, bajo el título general, “un ejemplo de la compasión”. Esta imagen difundida de la encantadora delfina, se consideró totalmente apropiado para una futura reina de Francia. 


Por una vez, la publicidad no mentía. El impulso de la compasión era lo suficientemente genuina y profundamente arraigado en el carácter de María Antonieta. “ella estaba tan feliz en hacer el bien y buscaba cualquier oportunidad de hacerlo”, escribió madame Campan de una ocasión mucho mas tarde: algunos dirigieron a ella una petición sobre el tema de un juego de ave rapaz, reservado para el deporte del rey, que estaba destruyendo sus cultivos. María Antonieta ordeno que fueran destruidos. Seis semanas, cuando la llegada de una petición la hizo consciente de que sus órdenes no se habían llevado a cabo, ella estaba molesta y personalmente superviso el cumplimiento de su orden. 


Marie antoinette dando limosnas
Es cierto que la insistencia de María Antonieta en la implicación personal de las obras humanitarias –una tradición en la que había sido educada en Viena- se pensaba en privado a ser más bien innecesaria en Versalles. Luis XV señalo esto cuando la delfina pidió permiso para ir a parís para consolar a una de sus damas de palacio, la condesa de Mailly, que había perdido a su único hijo: “no estamos acostumbrados a realizar este tipo de visitas, mi querida hija”. De todos modos él estuvo de acuerdo de que podría actuar siguiendo los dictados de su buen corazón”.

-Marie Antoinette: The Journey  (2002)
de Antonia Fraser

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