El juramento del Jeu de paume por David (1791) |
578 diputados del tercer estado, el clero y la nobleza se reunieron el 20 de junio de 1789 en la sala del Jeu De Paume en Versalles y juraron no irse antes de la elaboración de una constitución. Sin fundamentos legales bajo el antiguo régimen, este evento político, fuerte de este símbolo, prefigura el nacimiento de la revolución francesa. Anuncio la asamblea nacional constituyente que pondría fin a varios siglos de régimen monárquico absoluto.
Al momento de firmar en la parte inferior del texto, solo un miembro se opondrá. Es el representante del tercer estado para el senescal de Castelnaudary, el diputado Joseph Martin Dauch. Inmediatamente después del juramento, se hizo el llamado de la administración, senescal, provincias y ciudades de acuerdo con el orden alfabético, y cada uno de los miembros presentes, respondiendo al llamado, se acercó al cargo del presidente y firmo.
© Archivos Nacionales En la parte inferior izquierda, a la firma del MP le sigue la palabra "Opposant". |
Bailly lo exhorta a no marchar la unanimidad de sus colegas con una sola disparidad; Dauch persiste; el presidente insiste: “tenemos el derecho de abstenernos, no de oponernos al deseo de toda la asamblea”. Pero ya Dauch ha puesto su nombre, seguido de la palabra “opposant”. Una voz severa impone una apariencia de silencio:
“le anuncio a la asamblea que el señor Martin Dauch ha firmado: ¡oponente!”.
Un huracán de indignación saluda el nombre de este traidor. ¿Quién lo denuncia? Es Camus, diputado de parís, miembro de la academia de las inscripciones y hermosas letras. Esta deserción unánime de una decisión tan solmene causa un sentimiento doloroso. El renegado, el desertor, es lanzado al aire, sus manos extendidas lo indican a la furia de la población, quien, desde la parte superior de las ventanas, mezcla sus abucheos con los de los oficiales.
La habitación del Jeu de Paume en Versalles con en el fondo la pintura de David, en la que figura Martin-Dauch. |
Bailly esta vez se desespera por traer de vuelta a los espíritus; sin embargo se las arregla para ser escuchado: “la asamblea –dice- m
Temiendo por su vida, el alguacil Guillot, lo escolto hacia una puerta oculta por la que podía salir y escapar a las calles sinuosas del viejo Versalles. El presidente logro cerrar el incidente afirmando que la firma de este único oponente se mantendría en el registro como prueba de la libertad de opinión y que se pondría a la cabeza del decreto que se había tomado por unanimidad, menos una.
Solo se sabe que en el año 1791, El día que Luis XVI fue a la reunión para aprobar la constitución, los demás representantes permanecieron sentados, pero Martin-Dauch, fiel a su resolución e independencia, se levantó y reconoció al rey. La audacia de levantarse y descubrirse a sí mismo: era Martin Dauch, fiel a su resolución de independencia intransigente.
Al regresar a su provincia, parecía perder interés en la política, pero el terror no perdió interés en él. Los Sans Culotte intentaron matarlo. Dauch se retiró a Tolouse, fue arrestado allí, encarcelado y, sin duda, habría sido guillotinado si los comités locales hubieran sospechado que tenía al judas del Jeu De Paume.
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