El primer ensayo que hace maría antonieta para ver si puede modificar la corte y la ciudad, sometiéndola a su voluntad, tiene, por suerte, un buen motivo. El maestro gluck ha terminado si Ifigenia y quería verla representada en parís.
Tiempo atrás en 1773, gluck tuvo que lidiar con madame du barry, que estaba a favor del italiano piccini. Ayudado por el propio Luis XV, ella reunió a un poderoso partido italiano y su primer acto fue gestionar la oferta para una nueva opera a piccini, a pesar de que ya se le había ofertado a gluck. Muchos panfletos, poemas y sátiras aparecieron, en el que ambos compositores fueron atacados sin piedad.
Para la corte vienesa, muy aficionada a ala música, esperan que la delfina allanare el camino. María teresa le ha recomendado a gluck, y la delfina experimenta una autentica y divertida simpatía por aquel hombre achaparrado, aparentemente rabioso, pero jovial en el fondo. María antonieta impone que la opera de gluck sea admitida y que acto seguido comiencen los ensayos.
En los ensayos el artista reprende con enojo a las cantantes, gobierna la opera como un tirano, atraves de las puertas cerradas se oye retumbar bulliciosamente su poderosa voz, docenas de amenazas con echar todo a volare y regresar a Viena, pero el respeto a su protectora la delfina evita más de un escándalo.
El 13 de abril de 1774 es la fecha del gran estreno. Entonces se pone enfermo un cantante y debe ser rápidamente sustituido por otro. Toda la corte regresa a sus casas enojados a lo que el artista dice: “me es indiferente”, la primera representación es aplazada hasta el día 19.
Tiempo atrás en 1773, gluck tuvo que lidiar con madame du barry, que estaba a favor del italiano piccini. Ayudado por el propio Luis XV, ella reunió a un poderoso partido italiano y su primer acto fue gestionar la oferta para una nueva opera a piccini, a pesar de que ya se le había ofertado a gluck. Muchos panfletos, poemas y sátiras aparecieron, en el que ambos compositores fueron atacados sin piedad.
Para la corte vienesa, muy aficionada a ala música, esperan que la delfina allanare el camino. María teresa le ha recomendado a gluck, y la delfina experimenta una autentica y divertida simpatía por aquel hombre achaparrado, aparentemente rabioso, pero jovial en el fondo. María antonieta impone que la opera de gluck sea admitida y que acto seguido comiencen los ensayos.
En los ensayos el artista reprende con enojo a las cantantes, gobierna la opera como un tirano, atraves de las puertas cerradas se oye retumbar bulliciosamente su poderosa voz, docenas de amenazas con echar todo a volare y regresar a Viena, pero el respeto a su protectora la delfina evita más de un escándalo.
El 13 de abril de 1774 es la fecha del gran estreno. Entonces se pone enfermo un cantante y debe ser rápidamente sustituido por otro. Toda la corte regresa a sus casas enojados a lo que el artista dice: “me es indiferente”, la primera representación es aplazada hasta el día 19.
La opera Ifigenia fue un triunfo político y moral para joven delfina. Según el biógrafo imbert de saint-amand:“cuando, al comienzo del segundo acto, el coro exclama: “vamos a cantar, vamos a celebrar nuestra reina”, todo el público giro hacia maría antonieta y la saluda con entusiasmo… como se anima por su alegria, como se ilumina por su sonrisa este gran palacio de Versalles, que sin ella, seria triste!”.
En palabras de la señora campan: “en la representación de “Ifigenia en Aulide”, el actor que cantaba las palabras: “vamos a cantar, vamos a celebrar nuestra reina!” fueron repetidas por la coro, dirigido por un movimiento respetuoso ante los ojos de su majestad. Reiterados gritos y aplausos, fueron seguido por una explosión de entusiasmo que muchos de los asistentes unieron sus voces a la de los actores… la reina, conmovida, se cubrió los ojos con un pañuelo y esta prueba de sensibilidad, elevo el entusiasmo del público con un tono todavía mas alto”.
La futura reina dio la señal de aplauso, gluck fue alabado, se declaro que había descubierto la música de los antiguos griegos.
maría antonieta escribe a su hermana: "hemos tenido, la primera representación de gluck, ifigenia y fue un triunfo glorioso... nada mas se habla que todo el mundo desea ver la pieza, y gluck parece muy satisfecho". maría antonieta ha impuesto por primera vez públicamente su voluntad a la ciudad y la corte.
el triunfo de ifigenia en Aulide fue seguido de Armide (1777) y ifigenia en Tauride. se dice que gluck compuso "armide" con el fin de alabar la belleza de maría antonieta y ella por su parte, mostró un profundo interés en le éxito de la pieza.
la princesa de lamballe escribió: "lo grande que fue el éxito de armide, nadie apreciaba esta obra mas que el compositor, estaba enamorado de ella. le dijo a la reina que el aire de Francia había rejuvenecido su capacidad creativa y la visión de su majestad le había dado un impulso maravilloso para el flujo de ideas, que su composición se había convertido al igual que ella, angelical y sublime".
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