Cerrado el jueves 19 de abril de 1770, a las seis de la tarde, el estruendo de las trompetas y el sonido de los tambores, toda la corte de María Teresa, fue a la iglesia de los Agustinos, donde tendría lugar el matrimonio por poderes de María Antonieta. La archiduquesa, todo sonrisas, estaba vestida con una túnica de plata tejida. Mientras su compañero, el archiduque Fernando (quien sustituiría al delfín de Francia) estaba vestido de seda blanco con una banda azul sobre el pecho.
José II encabezo la procesión, seguida de la emperatriz María Teresa; detrás de ella el archiduque Fernando que le dio la mano a María Antonieta, para seguir a la condesa de Trautmannsdorf (la institutriz de María Antonieta) que llevo a cabo la larga cola de su pupila.
Los anillos de los cuales seria entregado por María Antonieta al delfín, fueron bendecidos; el archiduque Fernando planto a su hermana en el dedo anular el anillo de rubíes y luego la levanto en brazos y la beso en las mejillas; después de los cual Briselance prepara a verbalizar el acto de la boda, Kaunitz y el marqués de Durfort actuaron como testigos del contrato.
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