Georgiana Spencer Cavendish, Duchess of Devonshire |
Los amigos de Fox, a su vez, sintieron que Sheridan había jugado un juego secreto y se apresuraron a señalar que sus propios comentarios en la cámara no habían sido particularmente útiles. Los Cavendish y el duque de Portland no tenían una buena palabra que decir sobre ninguno de ellos. Georgiana adopto un papel conciliador y trato de reunir a las diferentes facciones sosteniendo cenas tranquilas en su mansión. Pero ella también se retiró de la vida pública y evito todas las grandes reuniones.
William Cavendish, 5to duque de Devonshire, 1768, Chatsworth House, Derbyshire by Pompeo Batoni |
Alisto la ayuda del duque de Dorset y la pequeña Po (la duquesa de Polignac) para darles bienvenida a las hijas de Coutts a la sociedad. Sus esfuerzos le trajeron un respiro breve, especialmente después de que ella le explicara a Coutts que tan pronto diera a luz a un hijo serian pagadas todas las deudas. Una vez que hubiese producido el futuro duque de Devonshire, su marido ya no estaría impedido de pedir dinero prestado a la finca.
The Duchess of Devonshire by Thomas Gainsborough, 1783. |
La entusiasta recepción que Georgiana recibió de los franceses le permitió temporalmente olvidar sus preocupaciones. La visita de los Devonshire durante estos tiempos de incertidumbre era un signo tranquilizador de la normalidad para los parisinos. En algunas zonas la gente se enfrentaba a la inanición: hubo disturbios en el mercado, los almacenes de grano fueron atacados, y hubo informes frecuentes de los panaderos que son obligados por la multitud a vender el pan a un “precio justo”. Rumores de que los nobles y el parlamento habían conspirado en un “pacto de hambre” para utilizar como apalancamiento contra el rey, aunque infundado, actuó como una incitación poderosa a la inestabilidad política.
El rey tenía que afirmar ahora su autoridad sobre los renegados, o bien, escribió el duque de Dorset en sus despachos, “será poco más que poner su corona a sus pies”. Durante los cinco días que llevo a Georgiana a parís, el rey fue juzgado por haber rendido su corona, su dignidad y la credibilidad del gobierno. El 20 de junio el tercer estado encontró las puertas de la gran sala con candado. Temerosos de que fueran víctimas de algún complot real, los diputados invadieron la cacha de tenis y mientras una multitud delirante gritaba “Vive I´Assemblee”, juro no dispersarse hasta que hubiera logrado la reforma constitucional. Georgiana resumió la futilidad de la reunión en una carta a su madre: “el rey… hizo un discurso ante los tribunales diciéndoles que debían desistir de sus procedimientos. Después de irse, allí se quedaron y votaron para anular todo lo que había hecho y dicho”.
Lady Elizabeth Foster, conocida como "Bess" |
La experiencia de Georgiana en la muchedumbre londinense significo que al principio ella consideraba los disturbios esporádicos alrededor de ella como más una molestia que un peligro. Le dijo a Lady Spencer que habían planeado ir a Versalles el 24 de junio, pero “los tumultos aumentan tanto en Versalles que nuestra marcha seria molesta”. Su insolencia era un rasgo peculiarmente ingles que los franceses, encontraron desconcertante. Thomas Jefferson, el embajador americano, expreso su alarma con toda franqueza: “ayer en Versalles la turba fue violenta, insultaron e incluso atacaron a todo el clero y la nobleza que se sabe que son fuertes para preservar la separación de las ordenes… la confusión es tan grande, que el tribunal solo tiene que depender de las tropas”.
En pocos días, Georgiana y Bess habían recibido visitas de la mayoría de los miembros de parís y de todos los comerciantes de la ciudad. –estoy abrumada por los encargados de la estadía- gruño Georgiana irónicamente. Recibió a sus amigos franceses en una base no política, simplemente asegurándose de que los miembros del partido de la corte llegaran en diferentes momentos a los “patriotas”, para que la princesa de Lamballe pudiera beber te sin temor a encontrarse al duque de Orleans. A veces esta imparcialidad adquirió un aspecto cómico. Cuando Georgiana y Bess fueron a la ópera, tuvieron que alternar entre compartir una función con el conde Artois una noche y con su archí rival, el duque de Orleans, el día siguiente.
Cuando los Devonshires pudieron finalmente conducir a Versalles encontraron a los Polignacs y al rey y a la reina, excesivamente contentos de verlos. En su primera visita llegaron en la mañana y se quedaron para la cena. Ellos iban cada día y escuchaban con simpatía las quejas de sus amigos. Georgiana encontró al rey de aspecto mejor de lo que ella esperaba, muy a diferencia de la reina que se veía en una estado peor: “ella nos recibió muy graciosamente, aunque estuviera muy fuera de espíritu en ese momento… esta tristemente alterada, su vientre es bastante grande y ha perdido un poco de pelo, pero todavía tiene un gran esplendor”. Pasaron muchas horas con el conde Artois, que se enfureció contra la complicidad de su primo Orleans.
El 27 de junio, Luis capitulo y ordeno que los otros dos estados se unieran al tercero. “el rey ha escrito a sus nobles que se unan a los estrados –dijo Georgiana- lo que de hecho esta renunciado a su autoridad por completo. El conde Artois escribió para decirles que si no se unían a la vida del rey estaba en peligro. La gente está loca de alegría y todos nuestros amigos son miserables”.
El 8 de julio Georgiana y Bess hicieron su última visita a Versalles para decir adiós a sus amigos. Los caminos estaban alienados con tropas extrajeras, lo que alentaba los rumores de que el rey, o la reina y su partido, estaban planeando un golpe contra la asamblea. Georgiana vio a María Antonieta sola durante un rato, y luego a la pequeña Po, que había sido una fiel amiga de ella. Georgiana se despidió sin saber cuándo volvería a verlas o en qué circunstancias.
Los Devonshires estaban en Bruselas, en camino a spa, cuando un mensajero llego a ellos con noticias de la toma de la bastilla. El informe del linchami9ento del gobernador y los sangrientos atropellos que acompañaron a su asesinato les hizo temer por sus amigos. Para su alivio oyeron casi inmediatamente que el conde Artois, el príncipe Conde y los Polignacs habían escapado, huyendo de Versalles en medio de la noche. Se habían ido sin sirvientes para no llamar la atención, e incluso entonces, dijo Georgiana a su madre, serian atrapados y asesinados.
María Antonieta les había pedido que se fueran, pero su partida la dejo casi completamente sola, excepto su familia y unos cuantos asistentes. James Hare escribió a Georgiana el 18 de julio para darle un relato de los disturbios y para asegurarle que Charlotte estaba a salvo. La habían dejado con una familia francesa, sin imaginar jamás el caos que sobrepasaría la ciudad.
the duchess 2008 |
Hola! Me ecanta el blog, es muy interesante! También me gustaría sabeer si podrías compartir las fuentes para esta entrada en específico, ya que habia leído brevemente que estas dos interesantes miujeres se conocían , pero no he encontrado más información al respecto.
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