Los asuntos políticos han asistido a este tiempo, lo que
María Antonieta tenía una gran ansiedad. Uno de sus deseo expresados con mayor
frecuencia había sido la batalla campal de la flota francesa contra Inglaterra,
cuando la atención estaba puesta en el señor de Sartines que se esperaba que su
misión diera frutos. Pero cuando la batalla se llevo a cabo, el resultado
confundió en lugar de justificar sus patrióticas expectativas. En abril de
1784, el almirante ingles Rodney aplasto la flota francesa al mando del conde
de Grasse frente a las costas de Jamaica; y en septiembre, las fuerzas
combinadas de Francia y España fueron derrotadas con la perdida aun más pesada
en la fortaleza de Gibraltar.
Sin embargo, el mar de las indias seguía protegida gracias
al almirante Suffren. Con una unidad de fuerzas atacaron y derrotaron al
almirante ingles Edward Hughes el 17 de febrero de 1783. Para el 20 de junio
los franceses atacaron el campamento ingles en Cuddalore proporcionando una
derrota aún más decisiva.
·Pierre Andre de suffren de Saint Tropez (llamado el Bailli
de Sufren) nació en el castillo de Saint-Cannat, en Provenza el 17 de julio de
1729. En 1743 ingreso a la guardia de marina hasta 1747, después de haber
entrado en la orden de malta, la paz de Aix-la-Chapelle en 1748, se desempeño
en esa orden hasta 1756. Para el marino y estratega de ingeniería, tenía solo
el mar y el éxito real. Jefe de guerra prodigiosa participo en la guerra de
estados unidos contra Inglaterra. Temido por los ingleses ya que infligió
numerosas derrotas se había ganado el apodo de “el almirante Satanás”.
El 2 de abril de 1784 llego a Versalles. En la parte
superior de todas las cualidades de la mente, Luis XVI colocaba por
encima del amor la nacionalidad, se revela en todas las acciones: la última
guerra había presentado dos hombres, dos marineros, una cubierta de gloria y
éxito en su campaña de la india, el almirante Suffren y el infortunado o
incapacitado conde de Grasse.
El señor de Castries salió de su estudio acompañado por el
almirante quien fue presentado a Luis XVI con estas palabras: “señores este es
el señor Suffren!”. Los guardias de corps se levantaron y dejando sus fusiles
formaron una procesión a la cámara del rey. En su estudio Luis XVI hablo más de
una hora sobre su campaña en la india, con un conocimiento perfecto, ubicado en
los acontecimientos sobre las maniobras del almirante. Sufren se hizo Cordón Bleu recibiendo una pensión considerable. La reina a su entrada lo abrazo con
sentimentalismo. Maria Antonieta le dijo cosas graciosas, lagrimas asomaron a
los ojos del marinero.
“El almirante sufren tuvo el honor de ser presentado al rey,
la reina y la familia real por el mariscal de Castries… la gente estaba en
Versalles en el momento de la llegada del señor sufren, ceno con la reina, su
majestad Luis XVI ha tenido la amabilidad de darle la bienvenida al ganador y
lo presento a la reina, diciendo: “este es el mejor de mis siervos” y Madame de Polignac que se encontraba presente con el pequeño Delfín y madame royal,
la reine se acerco y les dijo: “mis niños, este es el señor sufren. Todos
estamos bajo las mayores obligaciones para con él. Míralo bien y siempre recuerda
su nombre, es uno de los primeros que los niños deben aprender a pronunciar y
uno de los que nunca se debe olvidar”.
María Antonieta estaba actuando con el ejemplo de su madre,
a quien había reconocido mejor como dar honor debido a la valentía y lealtad. La
reina merecía tener amigos fieles y sufren era un hombre con sentimientos de
caballerosidad y devoción a los reyes.
El pueblo de Versalles se había congregado
en multitudes al palacio y mostro su agradecimiento con aplausos y reverencias.
Ellos admiraban el reconocimiento de héroe francés por parte del rey. El conde
de Artois organizo una maravillosa recepción para él, el príncipe le dijo presionándolo
contera pecho: “siento por ti un gran admiración y un profundo respeto”. Por su
parte el conde de Provenza le otorgo una medalla, además de los títulos de
caballero de la orden del rey, gran cruz de san Juan de Jerusalén y
vicealmirante de Francia.
Este gran hombre recibió de la corte y de la nación la
recompensa que se merecía por los gloriosos servicios prestados al país. Pero murió
antes de que su país y su reina tuvieran mas necesidad de su servicios, o la
oportunidad de demostrar la gratitud a su soberanos. El almirante moriría en parís
el 5 de diciembre de 1788.
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