Sin embargo, ya en 1748, el rey Luis XV se movió por la variabilidad demasiado grande de las cualidades de las llamadas pinturas de Cholet y promulgo una regulación de 85 artículos, algunos de los cuales se dedicaron a los pañuelos:
“Los pañuelos de urdimbre y la trama del hilo (…) ya sea que estén marcados o confinados, se harán con hilos lixiviados al menos dos veces y en las longitudes y anchuras que se mencionan a continuación: debe tener dos tercios de después de que el blanco tendrá dos tercios y dos pulgadas al final del comercio (…) y se pondrá rígido para que forme un cuadrado. La confiscación y diez libras de multa por cada pañuelo que no se encuentre en las proporciones indicadas anteriormente”.
En 1779, una patente real otorgo a “todos los fabricantes la libertad absoluta de hacer cosas nuevas u diferentes según lo consideren apropiado, siempre que nunca pongan el nombre o las marcas de un material establecido…”. esta carta de liberación crea una fuerte incertidumbre y se desarrollaron fraudes y fallas.
Hasta que un día en el Trianon, María Antonieta comento que sería más estético y mas conveniente dar la formas cuadrada, presentando un pañuelo a Luis XVI que era más delicado en sus formas cuadradas. El rey ordeno mediante un decreto del 23 de septiembre de 1784, donde registro una nueva carta de patente en el parlamento en la que estableció que la longitud de todos los tejidos fabricados en Francia, es igual a la anchura:
“Estamos informados de que, si bien las diversas reglamentaciones, dadas para la fabricación de los pañuelos, ordenan expresaste que la longitud de dichos tejidos sea igual a su anchura, la mayoría de los fabricantes, y en particular los de Cholet, Vihiers y otros lugares, han dado uso inadecuado al darle a los pañuelos más ancho que largo, con el pretexto de que, de acuerdo con nuestras patentes del 5 de mayo de 1779, tiene la libertad de fabricarlos e las proporciones prescritas o en combinaciones arbitrarias. Se nos informa de manera similar que estos fabricantes han adoptado esta manera de fabricar estos pañuelos solo porque, por una maniobra contraria a la buena fe, logran, al momento de terminar, darles una extensión que hace que desaparezca esta desproporción.
En 1779, una patente real otorgo a “todos los fabricantes la libertad absoluta de hacer cosas nuevas u diferentes según lo consideren apropiado, siempre que nunca pongan el nombre o las marcas de un material establecido…”. esta carta de liberación crea una fuerte incertidumbre y se desarrollaron fraudes y fallas.
Hasta que un día en el Trianon, María Antonieta comento que sería más estético y mas conveniente dar la formas cuadrada, presentando un pañuelo a Luis XVI que era más delicado en sus formas cuadradas. El rey ordeno mediante un decreto del 23 de septiembre de 1784, donde registro una nueva carta de patente en el parlamento en la que estableció que la longitud de todos los tejidos fabricados en Francia, es igual a la anchura:
Extracto de la patente donde el rey ordenan que los pañuelos sean iguales en su anchura como su altura. |
A estas causas, en opinión de nuestro consejo y de nuestra ciencia, poder total y autoridad real, hemos ordenado, y con estas firmas de nuestra mano, ordenar la longitud de los pañuelos que se fabrican, ambos en Cholet, en Vihiers y en los alrededores, que en las otras fábricas de nuestro reino, serán iguales a su amplitud, y los que están en combinaciones arbitrarias, y esto, bajo confiscación y trescientas libras de multa…”
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