domingo, 27 de junio de 2021

 “en la mañana del 21 de enero la emoción había sido grande en parís, cuando se supo que el rey había huido. La turba se elevó en tumulto furioso. Ellos irrumpieron en las Tullerias, saquearon el palacio y destruyeron los muebles. Una mujer tomo posesión  de la cama de la reina, como un puesto para vender sus cerezas; y una imagen del rey fue rasgado  debajo de un marco en la pared, y después de haber sido objeto de burla fuera de las puertas por un largo tiempo, se le ofreció en venta al mejor postor. En la asamblea se utilizó el lenguaje más violento. Un oficial cuyo nombre  se ha conservado a través de la eminencia, el general Beauharnais, era el presidente; y como tal, anuncio que Bailly había informado a él que los enemigos de la nación se habían llevado el rey. Toda la asamblea se despertó a la furia ante la idea de haber escapado de su poder. Un decreto fue a la vez redactado en forma, con la intención que debe aprovecharse siempre que se le pudiera encontrar y traerlo de vuelta a parís. Nadie podía pretenderé que la asamblea  tenía el más mínimo derecho a emitir una orden de este tipo; pero La Fayette, con la presteza que siempre aparece cuando cualquier insulto iba a ser ofrecido al rey o la reina, a la vez envío fuera  por su propio ayuda de campo, el señor Romeuf, con instrucciones de llevar la orden ahora a Strausse; el rey, con apenas un intento de resistencia, declaro su voluntad de someterse a ella; antes de las ocho, él y su familia, con su fiel guardaespaldas, ahora en cautiverio no disimulado, viajaban de regreso a parís”

-The Life of Marie Antoinette, Queen of France by Charles Duke Yonge

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