domingo, 12 de junio de 2011

"MADAME ETIQUETA"

Hace su entrada al suntuoso Palacio de Versalles, el del salón de los espejos, de las mil ventanas. Su primera dama es la severa Condesa de Noailles quien se encarga de instruirla sobre la etiqueta y las costumbres versallescas, he aquí el primer conflicto; ella no vive para la etiqueta como lo hacen los cortesanos franceses.

Ella en Austria vivía en libertad, si bien la corte Austriaca era severa en cuanto a su protocolo, tras las puertas de los salones de la Emperatriz María Teresa y el Emperador Francisco Esteban, ellos podían jugar con sus padres, conversar tranquilamente, no había solemnidad entre ellos y sus parientes más cercanos. Mientras que en Francia todo movimiento es calculado, esto confunde mucho a Marie Antoinette ya que ella es muy natural es sus acciones, y en muchas ocasiones esto es confundido por los cortesanos quienes murmuran por la actitud fresca de Marie Antoinette.

La educación de la futura heredera recae no solo en la Condesa de Noailles sino también en las antipáticas y odiosas hijas de Luis XV, las solteronas María Adelaida, María Sofía y María Victoria, que aparentemente tratan con mucho cariño a su nueva sobrina política, pero estas tres mujeres solteronas son expertas en intrigas palaciegas y entrenan a su nueva discípula. Se puede ver a la jovencita correr alborotando sus faldas casi enseñando las enaguas, jugando con los hermanos más jóvenes del Delfín o con los hijos de las criadas del palacio. No tiene aquella conducta glacial que esperan los viejos y resecos cortesanos de la mujer del futuro Rey de Francia. ella se conduce con mucha elegancia, pero esto no es de siempre como lo quisieran los nobles que la rodean, sobre todo la Condesa de Noailles, ya que para ella la vida solo es protocolo y etiqueta.

Es por eso que Marie Antoinette llama burlonamente a su severa dama de honor “Madame Etiqueta”. Marie Antoinette está rodeada de adultos y es esto lo que más la aburre, ella como toda joven desea la compañía de otros jóvenes, pero su propio esposo que es mayor solo por un año tiene la conducta de un grosero anciano aburrido de su vida, se siente sola y busca refugio en los jóvenes hermanos de su esposo, el Conde de Provenza y el Conde de Artois de catorce y trece años respectivamente; con ellos juega en secreto ya que Madame Etiqueta ronda constantemente, comparten disfraces, interpretan obras de teatro, se divierten en su inocente juventud. e siente aburrida; un día la Condesa de Noailles horrorizada descubre una actitud impropia en la Delfina, ha hecho subir dos niños a su habitación, que son nada menos que de una sirvienta del palacio, en un gran alboroto la jovencita se arrastra por la habitación jugando con ellos descuidando así su hermoso y pesado traje. En todo momento pareciere que ella lucha en contra de todo ese ambiente superficial y frívolo que se le impone por su matrimonio.

Te concedo que la condesa de Noailles exaspera a usted, porque siempre esta tratando de hacer el bien, pero ella es, sin embargo alguien que tiene la reputación de ser honesta y apegada a ti…” (Marie Teresa a Marie Antonieta, 8 mayo 1771).

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