sábado, 1 de agosto de 2009

LOS GUSTOS DE LUIS XVI


Efectivamente Luis adoraba la carpintería y herrería reparaba relojes y creo una excelente colección de muebles. Gustos que la corte francesa veía como algo totalmente bochornoso y denigrante, y aun más siendo esta la conducta del que seria pronto el soberano de Francia siendo coronado rey, Luis XVL dejo un poco este gusto aunque no dejo de lado su pasión por la cacería. muchas cartas dirigidas a Marie teresa tanto por maría Antonieta como por el conde Mercy, ponen en evidencia que la futura reina estaba disgustada por la conducta de su esposo, la indiferencia que le demostraba y que solo olvidaba cuando se dedicaba a este tipo de oficio.

María Antonieta escribe a María Teresa el 18 de abril de 1773: “Luis Augusto está bien constituido, me ama y me tiene buena voluntad, pero es de una indiferencia y de una pereza, que sólo lo abandonan cuando se dedica a la caza.” 

17 de julio de 1773: Mercy-Argentau escribe a María Teresa: “Aunque existe entre el señor Delfín y la señora Delfina la más perfecta armonía, Su Alteza Real tiene a veces pequeños motivos de desagrado, de los cuales me hace la gracia de hablarme: Todo el ascendiente que tiene sobre el señor Delfín no ha podido apartar de este joven príncipe de su gusto extraordinario por todo lo que sea construcción de obras, como albañilería, carpintería y otras de ese tipo. Siempre tiene algo nuevo que hacer arreglar en el interior de sus aposentos; trabaja él mismo, con sus obreros, en quitar los materiales, las vigas, los enlosados, y se dedica durante horas enteras a ese penoso ejercicio; a veces vuelve más fatigado de lo que estaría un jornalero obligado a realizar ese trabajo. Hace poco he visto a la señora Delfina muy molesta y dolida por esta conducta...”


En palabras de señora Campan: “por desgracia, mostro predilección demasiada por las artes mecánicas y la albañilería, esto era motivo de agrado incluso lo admitió en su apartamento privado, convirtiendo sus aposentos en un cerrajero común, donde realizo las llaves y cerraduras, y eran sus manos, ennegrecidas por ese tipo de trabajo, a menudo, en mi presencia, el tema eran protestas e incluso reproches fuertes por parte de la reina, que había elegido otro tipo de diversiones para su marido”.

Pero estos dos, Luis XVI y María Antonieta, esquivan todo roce, cada uno con distintas diversiones, él, dejadez corporal, ella, por dejadez espiritual: “mis gustos no son iguales a los del rey –confiesa traviesamente en una carta María Antonieta- no se interesa él por otra cosa sino por la caza y los trabajos mecánicos… me concederá usted que mi puesto en una fragua no tendría ninguna gracia esencial; no sería allí ningún Vulcano, y el papel de Venus acaso desagradara aun mas a mi esposo que todas mis otras aficiones”. 

Luis XVI además era un ávido lector, conoce bien la historia y la geografía, mejora constantemente su ingles y su latín, en lo cual le ayuda una memoria excelente. Sus cuadernos y libros de recuerdos son llevados con un orden prefecto, todas las noches, con su escritura clara, redonda, limpia, casi caligráfica, consigna las insipideces más desdichadas de su vida: “he matado seis corzos”, “me he purgado”.

“… el registro llevado por Luis XVI, conservado en los archivos nacionales, era simplemente un cuaderno en el que anoto abajo memorandos personales – sus compromisos privados, los días en que se tomo un medicamento o iba a misa, además de todas las notas de caza y tiro de una manera clara y sin detalles”. (Luis XVI y María Antonieta antes de la revolución – Nesta Webster, 1937)

1 comentario:

  1. Este caballero no trabajaba en la herrería del pueblo. Sino que en su biblioteca. Tenía un gusto bastante afín a un obrero. Ma.Antonieta lo miraba raro por eso. Luis XVi podía,sin mentir,hablar de argamasa,de cal y cómo pintar con brocha sin ensuciarse. Este hombre tenía una fuerza tremenda,que la aprovechaba machacando hierro,o sacando vigas que estorbaban. En vez de eso,Ma.Antonieta creía "curar" el carácter de su marido con lecciones de protocolo y buenos modales. Eran incompatibles en gustos. Gracias.

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